El colegiado Álvaro Antonio Couceiro Farjas publicó el pasado lunes 13 de abril un artículo en La Opinión de Zamora sobre el papel y la percepción de la ciudadanía en torno a la Unión Europea. Os dejamos un fragmento del texto y el enlace para acceder a el:
"Entre las innumerables virtudes del ajedrez para nuestra toma de decisiones diaria – mejora del pensamiento estratégico a largo plazo, del pensamiento lateral, mesura, capacidad de concentración, etc.-, tiene una que se aplica a muy pocos otros juegos, y hace que sea ampliamente utilizado en la enseñanza a todos niveles: la asunción de responsabilidades sobre las consecuencias de las decisiones tomadas. Esta virtud es posible por la transparencia total que caracteriza a este juego y el no sometimiento a la suerte, ya que, al mostrar en todo momento todas las piezas y variables posibles sobre la mesa, hace que los jugadores no puedan encontrar excusas más allá de sus propias capacidades. Así, las quejas sobre influencias externas son muy contadas, y, por regla general, consideradas callejones sin salida de algún mal perdedor.
Entre otras muchas representaciones que las estructuras del ajedrez pueden tener en la vida real, esta virtud hace que vuelva a ser muy pertinente para ayudar a analizar el ecosistema político. Porque la asunción de responsabilidades en la política, una cuestión decisiva, puede ser utilizada por los jugadores – actores políticos- como esta vía de escape, aprovechándose del desconocimiento del juego – acervo legislativo-, del mal análisis de la posición de las piezas – competencias-, o porque el otro jugador no tenga piezas para defenderse – comunicación política y medios-.
Los juegos con los flujos de responsabilidad que estamos observando entre gobiernos locales, regionales, nacionales y organismos internacionales, son analogías de este planteamiento, con una partida principal para nuestro marco socio-político actual que es el debate entre Unión Europea y los gobiernos de sus Estados miembros.
Hace unas semanas veíamos las dificultades de la Unión Europea para actuar y hacerse ver en aquellos ámbitos más relevantes para la correcta gestión y/o coordinación de la crisis sanitaria, por la limitación sobre las competencias comunitarias en este sector que los Estados miembros decidieron al negociar los Tratados. No obstante, sabíamos que su campo de actuación crítico para este momento era el económico, y, aun llegando una semana tarde, se puso en marcha.
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